Por: Carlos Alfredo Crosthwaite Ferro
En la pasada visita que el presidente Petro realizó al Chocó, y concretamente a la población de Istmina, en la audiencia pública, hizo eco de las denuncias ciudadanas sobre el incumplimiento en la ejecución de las obras en el acueducto de ese municipio, financiadas con recursos de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEICD).
Las obras no han sido terminadas, no hay responsable, la plata desapareció, y lo peor, “no hay quién investigue”, fueron las expresiones del primer mandatario. Preguntó: ¿quién se robó la plata de este acueducto, y si no, fue que la Agencia de Cooperación robó a su Rey y a su gobierno, o si fue el contratista que le robó a la Cooperación Española?
La historia detrás de este viejo entramado de corrupción, ineficiencia y ausencia de vigilancia y control por parte de las autoridades respectivas es la siguiente: Ante el gravísimo atraso de la región pacífica en la dotación y atención de su población en cobertura de acueducto y alcantarillado, las cuales para el año 2010 estaban calculadas en 41.3 y 33.2%, el gobierno nacional en cabeza del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (Hoy Vivienda, Ciudad y Territorio) suscribió con el gobierno de España el 25 de noviembre de 2009 el proyecto Plan de Inversiones “Todos por el Pacifico- Chocó”, beneficiando a 13 municipios de este departamento, para incrementar la cobertura de agua potable y saneamiento básico
El total de los recursos aportados por España para financiar proyectos en Chocó, Antioquia, Cauca y Nariño, fue de $25.710.419 Euros y el gobierno nacional $30.000 millones.
Como entidad encargada de adelantar los procesos de selección y de ejecución de las obras y sus correspondientes interventorías, en el departamento del Chocó, fue escogida Aguas y Aguas, con quien se suscribió el Contrato Interadministrativo No 186 de 2010, por un valor inicial de $103.693 millones y comprometido de $141.400 millones.
El plazo inicial fue de 5 años, iniciando el 13 de diciembre de 2010. Durante el tortuoso camino recorrido en su ejecución, se firmaron 11 contratos adicionales y el plazo último de entrega fue el 20 de junio de 2023, o sea que el plazo definitivo fue de 12 años y 7 meses, que tampoco se cumplió. El saldo que quedó por ejecutar fue de $15.111 millones.
No se puede entender qué razones llevaron al segundo gobierno de Uribe escogiera a Aguas y Aguas como responsable de este importante proyecto que buscaba garantizar el derecho de ciudadanos del Chocó a mejorar su dotación de agua potable y alcantarillado, no obstante que siendo una empresa prestadora de estos servicios en Pereira con buenos resultados, no es una entidad preparada y con el personal y capacidad operativa suficiente que le permitiera hacerse cargo de un proceso de inversión de estas características.
Nadie conoce en detalle las pérdidas sufridas por Aguas y Aguas en esta desastrosa aventura. Hoy se surte un proceso administrativo declarando el siniestro por el presunto Incumplimiento al Contrato 186 de 2010, y afectando la garantía única expedida por la compañía Liberty Seguros S.A, aseguradora del contratista. Aguas y Aguas a la fecha solo ha cumplido con el 69% del valor contratado, con un incumplimiento del 31%.
Estas anomalías las denuncié como concejal entre 2016 y 2019. En ese entonces se hicieron varios debates en el concejo con presencia de Aguas y Aguas y voceros de las comunidades chocoanas que exigían cumplimiento y calidad de los trabajos contratados.
Efectué visita al Ministerio de Vivienda reclamando acciones concretas para solucionar estos incumplimientos, nada se logró, la estrategia de todos es defender a contratistas y funcionarios, no el cumplimiento de las obligaciones suscritas.
La corrupción siempre gana. El Convenio fue firmado siendo gerente de Aguas y Aguas la hoy primera dama de nuestra ciudad, y el verdadero poder en la alcaldía, la doctora María Irma Noreña. Solo quedan en el recuerdo y en la impunidad muchas decisiones administrativas que causaron grave daño a la empresa en su gerencia.
Agréguenle esta del Chocó y que la protesta suene a nombre del presidente Petro: ¿Dónde está la plata del acueducto de Istmina?
¡¡¡Qué bueno sería saberlo!!!