El ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, estuvo en Quibdó el 18 de febrero y anuncio que tramita en el Fondo Nacional Ambiental y en el Fondo de Compensación Ambiental tres proyectos por un valor superior a los 11.000 millones de pesos, para cumplir el Plan de Acción de la Sentencia T-622 de 2016 de la Corte Constitucional sobre recuperación del río Atrato.
El ministro presidió la sesión número 12 de la Comisión de Guardianes del Río Atrato, en la que se presentaron los informes de gestión de cumplimiento de la sentencia correspondiente al año 2020.
La sentencia determinó trece órdenes para proteger, conservar, mantener y restaurar el río. De estas, tres involucran directamente al Ministerio de Ambiente; una de ellas es la Orden 5, que consiste en poner en marcha un plan para descontaminar la cuenca del río Atrato y sus afluentes, los territorios ribereños, recuperar sus ecosistemas y evitar daños adicionales al ambiente en la región.
Por ello, en el evento se socializó la formulación de proyectos para la implementación de medidas del Plan de Acción de la Orden 5, tales como: eliminación de bancos de arena, restablecimiento de cauce, remediación de zonas afectadas por la minería, fortalecimiento de la gobernanza del agua en el territorio, producción sostenible, ordenamiento ambiental del territorio, consolidación del documento de línea base de indicadores ambientales para la cuenca del río Atrato, entre otros.
En el encuentro también participaron los 14 líderes comunitarios del Cuerpo Colegiado de Guardianes y dos miembros de su equipo de apoyo; delegados del Comité de Seguimiento conformado por la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República; asesores de la Comisión de Guardianes, entidades accionadas y vinculadas a la sentencia.
También el MinAmbiente fue invitado por los niños del Colegio Carrasquilla Industrial a una charla sobre medio ambiente y biodiversidad chocoana. Durante su intervención, cada uno de los niños le expuso la importancia de proteger el agua y de sembrar árboles para cuidar el hogar de todos: el planeta.
Posterior a la charla, los niños de entre 6 y 8 años lo acompañaron a la siembra de un caimito, un árbol tropical de la familia Sapotaceae, originario de las áreas de baja elevación de América Central y del Caribe, que crece rápidamente y puede llegar a una altura de veinte metros, también conocido como cainito, cayumito, abiaba, estrella y aguaí.