Por Francisco Aurelio Mena Rodríguez
Colombia es un país de regiones o zonas geográficas, donde se pueden mencionar seis sectores de patria para la administración en el caso concreto de las angustias en las que nos ha embarcado la pandemia del covid-19.
Uno de los elementos que garantizan ciertos niveles de tranquilidad de la población son,
sin duda alguna, los hospitales y demás entidades de salud donde se realizan los tratamientos contra este mal, donde se verán las inequidades a que está siendo sometido el país.
Entre las circunstancias, en que se descansan esas inequidades, tenemos:
a) El abandono estatal histórico a que han sido sometidas las regiones habitadas por descendientes de esclavizados (afrodescendientes, indígenas; y campesinos mestizos).
b) Los desplazamientos pasivos de las poblaciones, ocasionadas por las negaciones de oportunidades a que le han sido sometidas el Chocó Biogeográfico y los, antes denominados, “territorios nacionales”, por discriminación y racismo, aprovechadas para ocupar las fuerzas de trabajo joven de unas regiones, como mano de obra barata.
Las regiones son: la zona Amazónica, seis departamentos y 53 hospitales; la región andina, con diez departamentos, tiene 166 hospitales, y la ciudad capital de la república, 33 más de ellos, totalizando 199 entidades de salud; la zona del Caribe, tiene seis departamentos y 96 hospitales; San Andrés y Providencia (Zona Insular), con 6 hospitales; la Orinoquia, con cuatro departamentos y tiene 34 hospitales; y la zona del Pacífico que consta de cuatro departamentos y 90 hospitales, distribuidos como sigue: Cauca, 24, Chocó, 7; Valle del Cauca, 37, y Nariño con 22 hospitales.
Los departamentos más descuidados, en la sumatoria 23 hospitales que desnudan una muy discutible distribución de estas instituciones: Vaupés (3), Guainía (4), Vichada (4), Cesar (5) y Chocó (7), y por ende, la atención a esas poblaciones indígenas de Colombia.
Los otros renglones esenciales para la vida digna de las comunidades, descuidados por el Estado y la administración nacional, son:
a) Los temas de infraestructura vial,
b) La conectividad,
c) La construcciones y dotaciones en educación,
d) La atención a las necesidades básicas, y e) La distribución equitativa del PIB, en atención a la realidad regional.
Es la oportunidad para que los políticos se ganen los votos y no tengan que comprarlos los más necesitados.
Menos mal que el ejecutivo se jacta de haber conseguido recursos frescos por más de 20 billones con la banca internacional. Es la oportunidad para que nos evaluemos como sociedad y como Estado, en aras de lograr gobernanza con los pueblos y gobernabilidad desde la institucionalidad.