
El joven Gabriel José Gómez Ramírez, natural de Unguía, de 22 años y estudiante de comunicación social y periodismo, acompañó y fotografió a un grupo de migrantes en la travesías por el Tapón del Darién.
Este grupo de migrantes también estuvo acompañado por el obispo de Apartadó, Hugo Torres.
Las fotos del estudiante de Unguía fueron portada en el periódico La Prensa, el más importante de Panamá, en una reseña del periodista Ohiggins Arcia.
La nota de La Prensa es la siguiente:
‘Hay cierta indiferencia hacia el migrante’: Hugo Torres
Mientras en Colombia hay unos 10 mil migrantes esperando para adentrarse en Darién, Estados Unidos y México intentan frenar la ola migratoria de venezolanos que busca el sueño americano.
Por Ohigginis Arcia Jaramillo.
En momentos en que Estados Unidos anuncia la implementación de medidas conjuntas con México para reducir la cantidad de migrantes que llegan a su frontera, a la selva de Darién, entre Panamá y Colombia, están ingresando por día mil 600 migrantes, en promedio, una cifra inédita.
Del lado de Colombia está el obispo de Apartadó, Hugo Torres, a quien le toca recorrer municipios como Necoclí, Carmen del Darién, Turbo y San Juan de Urabá, regiones que son ahora mismo epicentros de la crisis migratoria que se registra en América.
Torres ha optado por hacer el mismo recorrido que realizan los migrantes desde Colombia hasta los límites con Panamá, para conocer en primera persona el drama que atraviesan los caminantes durante parte de su travesía.
En los municipios de Necoclí y Turbo, el religioso gestiona dos centros de atención de migrantes, en los que reciben entre 50 y 100 migrantes por día. En algunos casos les brinda alimentación y en otros hospedaje, dependiendo de su situación y el volumen de personas que llegue.
Específicamente, en el puerto de Necoclí, de donde salen los migrantes para ingresar a la selva, Torres subrayó que ahora mismo hay un “represamiento” de los viajeros, ya que quienes compran boletos para abordar una embarcación deben esperar hasta cuatro días para zarpar.
“Diariamente están saliendo desde Necoclí hasta mil 200 migrantes, para llegar a Capurganá y luego cruzar la selva. No obstante, la caravana parece no tener fin porque a diario hay hacinamiento”, dijo Torres a este medio.
Uno de los puntos que más le inquieta es la población vulnerable que decide hacer esta travesía, pues en los grupos de personas general- mente hay niños, mujeres embarazadas, enfermos, adultos mayores y personas con discapacidad.
También le sorprendió que ocho días atrás, mientras acompañaba a la cara- vana migratoria, escuchó un sinnúmero de historias, algunas de optimismo, otras de tristeza y de abandono por parte de los caminantes. “Es muy triste ver a tantas personas casi en estado de mendicidad buscando la moneda, para comprar tiquetes”, remarcó.
Sobre las nuevas medidas adoptadas por Estados Unidos, las calificó como un escenario “peligroso”, ya que los países podrían comenzar a cerrar fronteras, deportar masivamente o perseguir a los migrantes. “Habrá estancamiento o hacinamiento en algunas fronteras”, añadió.
La reflexión de Torres es que este drama migratorio debe ser mejor controlado y regulado, por parte de los países por donde pasan los caminantes, ya que hay “cierta indiferencia”. También se refirió a los países de origen de los viajeros, los cuales les ofrecen “pocas garantías” y “servicios básicos” para que la población desarrolle sus proyectos de vida, en los territorios donde nacieron.
“Lo otro es que el sueño americano está en la conciencia de todos los latinoamericanos y soñamos que las cosas son mejores allá [en Estados Unidos], pero de pronto lo que encuentran allá es más esclavitud y explotación que en sus propios países de origen”, concluyó.
Derechos humanos
Esta semana, la Defensoría del Pueblo de Colombia llevó a cabo un recorrido por el Municipio de Necoclí, donde hay unos 10 mil migrantes esperando una embarcación para salir con des- tino al área selvática de Darién.
Durante un recorrido por la zona, el defensor del Pueblo de Colombia, Carlos Camargo, aseguró que el incremento de la población migrante refugiada en tránsito hacia el norte del continente ha hecho que la crisis humanitaria en la frontera con Panamá se agudice. Así mismo, los riesgos de vulneración de derechos fundamentales para estas personas aumentaron.
Ante las consultas de este medio, la Defensoría del Pueblo de Colombia informó que se estima un “represamiento” de 9 mil migrantes en Necoclí, quienes tienen que esperar hasta cuatro días para conseguir un tiquete de embarcación que los traslade hacia Acandí, tanto en la ruta por la zona urbana como por el corregimiento de Capurganá. Una vez allí, se adentran a la selva para llegar a Panamá.
“Este año, la crisis migratoria es mucho más grave que la registrada el año pasado. Primero, porque la cantidad de personas en movilidad humana que ha pasado hacia Panamá supera los 150 mil, en comparación con los 134 mil migrantes de todo 2021, destacó Camargo.
En palabras del defensor de los derechos humanos de Colombia, la tendencia de esta ola migratoria es a seguir aumentando. También dijo que esta población está más expuesta a ser utilizada por los grupos armados ilegales y las organizaciones criminales.
“En los últimos 15 días han pasado cerca de 4 mil 290 menores de edad. Esta es una población en alto riesgo, de manera particular quienes viajan no acompañados, dado que se exponen a peli- gros adicionales como la trata o la explotación sexual comercial”, acotó.
Un punto que llama la atención de la Defensoría del Pueblo de Colombia es que también encontraron que en la playa del municipio de Necoclí se encuentran al menos mil personas en condición de habitantes de la calle, entre ellos menores de edad en riesgo de vulneración de derechos a la seguridad alimentaria, salud y educación, lo que dificulta que tengan condiciones adecuadas para su crecimiento y desarrollo.
A esta situación se suma que las autoridades locales de la zona han reportado el accionar de las redes de tráfico de migrantes y que en el tapón de Darién tienen presencia las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también conocido como Clan del Golfo.
Nuevas medidas
Debido a la crisis migratoria actual, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció la implementación de medidas conjuntas con México para reducir la cantidad de personas que llegan a la frontera sudoeste entre ambos países y crear un proceso “más ordenado y seguro”, para quienes huyen de la crisis humanitaria y económica en Venezuela.
En ese contexto, detalló que un número de personas venezolanas casi cuatro veces superior al del año pasado intentó cruzar la frontera sudoeste, poniendo sus vi- das en manos de “organizaciones despiadadas”, que se dedican al contrabando de personas.
Por ejemplo, de ahora en adelante, los venezolanos que ingresen a Estados Unidos, sin autorización, serán devueltos a México. También comienza un nuevo proceso para permitir el ingreso legal y seguro a Estados Unidos de hasta 24 mil venezolanos que reúnan los requisitos.
La nueva medida establece que solo podrán ingresar aquellos que cuenten con un “patrocinador” en Estados Unidos que les brinde respaldo financiero y de otro tipo. Igualmente, deberán superar procesos de control y evaluación de tipo biométrico y biográfico de seguridad nacional.
En el otro extremo, es decir que no podrán entrar, están aquellos que han sido expulsados de Estados Unidos o que hayan ingresado en forma irregular a México o Panamá luego de la fecha del anuncio de la nueva medida, que entró en vigencia el pasado 12 de octubre.
Para el defensor del Pueblo de Panamá, Eduardo Leblanc, lo que va a ocurrir con estas medidas es que algunos migrantes desistirán de hacer la travesía por Darién, aunque tomando en cuenta experiencias anteriores relacionadas con prohibiciones fronterizas, considera que otro grupo de migrantes insistirá en llegar a Estados Unidos.
“Esta semana llegaron a Darién entre 2 mil y 2 mil 400 personas. La migración es un derecho humano y es- tas personas no salen de sus países porque quieren. Hay que ser empáticos con el migrante. Nosotros somos dignatarios de convenios migratorios y es imposible cerrar la frontera con Darién. Además, no se puede poner a un policía en cada metro de la frontera”, aportó el defensor del Pueblo, quien cree que Panamá debe seguir jugando su rol de proteger y respetar los derechos huma- nos de esta población.
Este medio consultó al Servicio Nacional de Migración con el fin de conocer si adoptaría alguna medida tras el anuncio de Estados Unidos, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.