Lo llaman ‘El Flaco’ y es el sepulturero de Acandí, municipio del Chocó que recibe a diario a miles de migrantes que se dirigen por el llamado ‘Tapón del Darién’ a Centroamérica y Estados Unidos.
Muchos migrantes mueren en el camino, agobiados por las enfermedades o asesinados por delincuentes.
Y otros mueren en jurisdicción de Acandí, ahogados en el mar o que por el desespero se suicidan.
El diario económico Portafolio, en su versión digital, contó la historia del sepulturero de Acandí, que se ha convertido en el guardián de los migrantes que por uno u otro motivo pierden la vida antes de iniciar su travesía o a horas de haberla arrancado.
‘El Flaco’ se encarga de sepultarlos, entre ellos muchos venezolano, africanos, suramericanos y haitianos. Él es quien arregla las tumbas, mantiene limpio el lugar e incluso de vez en cuando pone flores en las tumbas.
Dice que se ha venido incrementando el número de muertos y por tanto el olor a muerte se hace más fuerte.
«El venezolano que sepultamos a finales de julio, fue porque se había colgado en el muelle. Y no era el primero, últimamente está pasando cada vez más. Los pescadores los encuentran allá colgados y me llaman para que los recoja”.
El sepulturero coloca unas modestas cruces en madera y ha señalado de forma rudimentaria los nombres y fecha de la muerte para identificar al difunto. Hay muchos NN. Él ha determinado que hacerlo es importante, pues ya ha recibido a familiares que llegan en busca del cuerpo de sus difuntos.