El Chocó no padece solo la pandemia del COVID-19 o coronavirus. También sufre graves penalidades y muerte por el paludismo y por el trato inhumano de las EPS, que solo les interesa la ganancia, por encima de la vida.
Múltiples poblaciones del Chocó están siendo asoladas por el paludismo, sobre todo las comunidades rurales y especialmente las indígenas.
Crece exponencialmente la curva de casos de COVID-19 en el Chocó y falta disciplina social, infraestructura, dotación, laboratorios, equipos de protección. remuneración, pruebas masivas, ayuda para el sostenimiento de las familias en el confinamiento.
Y siguen las dilaciones y negativas de las EPS a la aprobación de procedimientos y remisiones de pacientes graves, como ocurrió con la joven Anyi Yuliana Córdoba, que murió esperando la autorización de una EPS para viajar a recibir atención de salud de tercer nivel.
El gobernador encargado del Chocó, Jefferson Mena Sánchez, expresó su preocupación: “Pedí a la Secretaría de Salud departamental evalúe de inmediato la atención que la EPS Comparta brindó a la señorita Córdoba. Quiero verificar la actuación de esta EPS y determinar con claridad las causas que condujeron a la pérdida de la vida de Anyi Yuliana”.
También anunció la llegada de 961 mil dólares, que gestionó el Ministerio de Salud, a 1diez municipios para trabajar en prevención y control de la malaria. Las poblaciones beneficiadas con esa inversión son: Acandí, Juradó, Río Sucio, Unguía, Quibdó, Atrato, Medio Atrato, Lloró, Bagadó, Río Quito.