Esta semana regresaron a Bagadó sesenta familias indígenas (180 personas) que se encontraban en difíciles condiciones de subsistencia en Bogotá desde hace dos años.
Estaban asentados por toda la carrera séptima de Bogotá y en las últimas semanas, fueron trasladadas a albergues de La Rioja y La Florida, en la capital del país.
“Desarrollamos la quinta fase del retorno embera, en la cual hemos venido avanzando desde el año pasado, lo que nos ha permitido regresar a sus territorios a cerca de 1.450 indígenas, cumpliendo los principios de voluntariedad por parte de los hogares y de seguridad y dignidad por parte de las entidades del Estado”, expresó el director general de la Unidad para las Víctimas, Ramón Rodríguez Andrade.
Los indígenas chocoanos regresaron a Bagadó, en Alto Andágueda, a Aguasal, La Y, Oscordó, Conondo, Uripa, Masura, Cascajero, Mentuará, Cebedé y Río Colorado.
De acuerdo con Jonathan Forero, coordinador del grupo de Retornos y Reubicaciones de la Unidad de Víctimas, en kits de habitabilidad, apoyo para transporte en mulas, ayuda humanitaria y sostenibilidad de las familias, la Unidad invirtió en esta ocasión cerca de 500 millones de pesos.
Las familias llegaron hasta el polideportivo de Santa Cecilia para recibir su alimentación, el kit de hábitat, el dinero de sostenibilidad y emprender rumbo a sus hogares a lomo de mula, algunos ubicados en sitios a cinco horas del lugar de desembarque.