
Por María Victoria Mena Romaña, Psicóloga y Magíster en Psicopedagogía. Creadora de Quibdó en Terapia
Si Quibdó fuera una persona y nos hablara, ¿qué nos diría sobre su estado emocional y social? Tal vez expresaría su agotamiento por las dificultades que enfrenta a diario: el acceso limitado a servicios de salud, los desafíos en el sistema educativo, la falta de oportunidades para su gente. Quizás nos pediría que la escuchemos, que reconozcamos sus heridas y que no normalicemos aquello que necesita cambiar.
Las ciudades, como las personas, aunque en sentido metafórico, también necesitan terapia. Pueden estar heridas, estancadas o buscando maneras de sanar. Pero la sanación no es solo un deseo, sino un proceso activo que requiere reconocimiento, intervención y acompañamiento.
Escuchar a Quibdó: El Diagnóstico
Toda terapia comienza con un primer paso fundamental: escuchar. No solo ver los problemas, sino comprender qué los causa, cómo impactan a la comunidad y qué soluciones pueden construirse colectivamente.
Cuando escuchamos a Quibdó, encontramos voces que expresan sus heridas en múltiples formas. En el aula, son estudiantes que pierden la motivación porque no encuentran sentido en lo que aprenden. Son docentes que buscan estrategias para involucrar más a sus alumnos. En los hogares, son familias que no saben cómo apoyar el proceso educativo de sus hijos.
En las calles, son jóvenes que sienten que las oportunidades son limitadas, que la falta de empleo y alternativas de crecimiento los deja atrapados en un ciclo sin salida. En los hospitales, son personas que enfrentan barreras para acceder a una atención médica digna. En los barrios, son comunidades que resisten, que buscan soluciones para mejorar su calidad de vida a pesar de los desafíos diarios.
Escuchar a Quibdó significa reconocer estas realidades y entender que su sanación no depende de una única respuesta, sino de una construcción colectiva. Pero reconocer estas realidades no es suficiente. Así como un terapeuta ayuda a su paciente a encontrar herramientas para gestionar sus emociones, una ciudad necesita recursos para fortalecer su desarrollo.
Reflexionar y Actuar: La Terapia
El verdadero cambio no ocurre solo con la reflexión, sino con la acción. Quibdó en Terapia no es solo una invitación a pensar en los desafíos, sino a construir estrategias que nos permitan enfrentarlos de manera efectiva.
En el ámbito educativo y social, existen herramientas para sanar estas heridas colectivas. Espacios de formación y asesoría pueden brindar soluciones a problemas como la falta de participación en el aula, el desinterés por el aprendizaje o la necesidad de métodos innovadores para la enseñanza. A través de estrategias psicopedagógicas, es posible transformar la forma en que aprendemos, enseñamos y nos relacionamos como comunidad.
Cuando una ciudad entra en terapia, no busca respuestas rápidas, sino procesos que generen un cambio real y sostenido. Esto implica:
✅Conversaciones que inspiren nuevas formas de abordar los retos.
✅Estrategias que permitan generar pequeños cambios con impacto profundo.
✅Espacios de colaboración donde cada voz tenga valor.
Desde la educación, la salud mental y el desarrollo comunitario existen maneras concretas de fortalecer a Quibdó. Reflexionar es el primer paso, pero poner en práctica estrategias específicas es lo que realmente construye una transformación.
Acompañar el Cambio: La Sanación Colectiva
Toda terapia necesita acompañamiento. No se trata solo de reconocer problemas o aplicar estrategias aisladas, sino de sostener el proceso en el tiempo.
La clave está en mantener la conversación abierta:
🔹Evaluar lo que funciona y hacer ajustes cuando sea necesario.
🔹Fortalecer alianzas que impulsen el desarrollo de nuevas iniciativas.
🔹Crear espacios continuos de aprendizaje y apoyo.
Pero antes de encontrar soluciones, aún falta lo más importante: reconocer qué nos duele y por qué. Entender nuestras heridas como ciudad es el primer paso para transformarlas. Y ese proceso no ocurre en soledad, sino en comunidad, a través del diálogo, el aprendizaje y la acción colectiva.
Quibdó no puede sanar sola. Su transformación es un compromiso compartido. Pero la pregunta es: ¿Cómo podemos empezar?
Un Desafío para las Instituciones Educativas: La Carta como Primer Ejercicio Terapéutico
Quibdó en Terapia no solo es una reflexión, sino una invitación a la acción. Y como toda terapia comienza con la palabra, proponemos un desafío a las instituciones educativas, docentes y estudiantes: escribirle una carta a Quibdó como un primer ejercicio terapéutico colectivo.
📌 El reto es simple:
✍️ Piensa en Quibdó como si fuera una persona en su primer día de terapia. ¿Qué le dirías sobre su presente y su futuro? ¿Qué necesita sanar? ¿Qué sueñas para la ciudad?
Escribir es una forma de procesar lo que sentimos, de poner en palabras lo que a veces parece difícil expresar. A través de esta carta, queremos que Quibdó hable a través de sus habitantes y que juntos iniciemos un camino de sanación.
📢 Cómo participar:
- Cada institución, docente o estudiante que acepte el reto puede escribir su carta.
- Algunas de estas cartas serán recopiladas en un mapa digital interactivo, donde quedará registrada la voz de quienes quieren aportar al cambio.
- Para conocer más sobre la iniciativa y enviar tu carta, estate atento a futuras publicaciones en medios y redes sociales, incluyendo nuestro canal de WhatsApp Quibdó en Terapia, donde compartiremos detalles sobre cómo participar.
Porque cuando una ciudad habla y reconoce lo que necesita sanar, también nos invita a escuchar y actuar.