En Arusí, un corregimiento de Nuquí, fueron asesinados el inspector de policía José Riascos y Margarito Salas, guía comunitario del grupo turístico de La Batea, investigador local que apoyaba las parcelas de monitoreo de biodiversidad.
Ambos fueron asesinados por hombres armados en dos lugares diferentes del corregimiento.
«Fueron prácticamente simultáneos. Primero uno y luego el otro. Son casos similares que se presume que fueron las mismas personas las que cometieron el asesinato. Los móviles son similares. Es un pueblo muy pequeño y no hay forma de que sean hechos aislados», señaló un habitante de Arusí.
Margarito alcanzó a llegar con vida al casco urbano de Nuquí. Sin embargo, falleció cuando esperaban la ambulancia para trasladarlo a Medellín. También se dedicaba a labores de pesca.
Una de las hipótesis de las autoridades es que los asesinatos serían una represalia de grupos ilegales por recientes incautaciones de droga en la región.