Por Froilán Zapata
Hasta la década del noventa se dijo que el municipio del Carmen de Atrato era la despensa del departamento del Chocó, pero en las últimas investigaciones con los ciudadanos y las tiendas locales se reconfirma que ya no lo es.
La agricultura y la ganadería ocupaban el primer y segundo reglón de la economía y en un tercer renglón era la minería de cobre, oro y otros minerales generada por Miner S.A.
No toda la crisis del sector agropecuario es la mina, pero si al modelo económico que nos gobierna
En Colombia por muchas décadas se ha dicho que una de las soluciones es una reforma agraria.
Una «reforma» es un proceso transformador, gradual y de largo plazo, que implica una transición de un orden de cosas a otro totalmente diferente.
Así las cosas, y para el caso de Colombia, ¿cuándo se ha realizado y terminado siquiera una reforma agraria? Todo no ha pasado de ser una ilusión, es decir, una forma de mirar las apariencias o los discursos como si fueran la realidad.
En 1936 se adoptó la Ley 200, y esa posibilidad de reforma incubó y derivó en la época de La Violencia.
Y en 1961 llegó la Ley 135, y con Lleras la Ley 1a de 1968, lo que terminó a la postre en paramilitarismo. Es decir, cada vez que se habla en serio del tema, terminamos en muertos pobres.
En la vereda La Argelia, que en la estadística dice que hubo una reforma agraria, se presentaron tres desplazamientos con masacres.
La agenda del gobierno nacional es desarrollar la locomotoras de la minería que viene desplazando más al campesino y eso empeora con los Tratados de Libre Comercio, TLC, que entregan el país a las multinacionales. El Carmen de Atrato no es la excepción donde todo el territorio se le ha entregado concesiones mineras a diferentes multinacionales tales como: Ático Mining, Anglo Gold Ashanti, etc.
Y si no fuera poco el gobierno les encima en esta pandemia unas exenciones tributarias y empieza el proyecto de la extranjerización de la tierra en el Carmen de Atrato donde le han comprado a varios campesinos y continua el proyecto del despojo legal.
El penúltimo alcalde nos prometió un Carmen de Atrato agrario, equitativo y social pero no pudo ya que no fue ni agrario, ni equitativo y social.
¿Cuál Carmen de Atrato agrario si ya no somos un municipio productor de alimentos y casi todo se trae del interior del país?
¿Cuál Carmen de Atrato equitativo si tiene más gabelas el extranjero mientras los emprendimientos campesinos no tienen apoyo serio?
¿Cuál Carmen de Atrato social si nuestro municipio está sumido en la drogadicción, y la delincuencia?
Todo eso es producto de los hijos de la minería. Por eso en la investigación concluimos que la minería no es sustentable, así tengan su parlante que repite las “maravillas de la minería”.
Nos queda pendiente hablar de los costos ambientales que en otro momento les compartiremos, pero les anticipo que van a ser más costosos los daños que lo que producen, no compensa con los empleos y con eso que dizque regalan, no alcanzará a corregir los daños que ocasionará a la herencia para nuestros hijos y nietos.
Minería Si, Pero No así.
Atte. Froilán J Zapata