
Leyner Palacios Asprilla perdió a 32 familiares y amigos el 2 de mayo del 2002, en Bojayá por un cilindro bomba disparado por las Farc.
Este artefacto cayó dentro de la iglesia que resguardaba a unos 500 habitantes de los enfrentamientos entre esa guerrilla y un grupo paramilitar, y causó la muerte de 79 personas, de las cuales cerca de 48 eran menores de edad.
“Para mí, más que los 32 familiares, los 79 eran mis hermanos, mis compadres”, señala Leyner.
Leyner, desde el colectivo del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, viajó a Cuba en 2014 y participó en la mesa de diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc, para llevar el mensaje de las víctimas
En 2019, su trabajo como secretario general de la Comisión Interétnica de la Verdad le costó nuevamente. Las amenazas arreciaron en su contra y tuvo que salir del Chocó, con su familia, para ir a vivir a Cali.
El 5 de marzo de 2020, Leyner pensó estar lejos de sus enemigos en la ciudad de Cali, pero su escolta Arley Enrique Chalá Rentería, de 34 años, que formaba parte de la Unidad Nacional de Protección, fue asesinado con 9 impactos de bala en el barrio La Selva, al suroriente de la capital.
Seis meses después del desafortunado asesinato, Leyner Palacios llegó a la Comisión de la Verdad para suceder a la comisionada Ángela Salazar, quien trabajaba en el capítulo étnico y que murió por Covid-19 el pasado 7 de agosto.
Y hoy, 2 de diciembre, Leyner fue el ganador en la IX edición del Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia 2020, en la categoría «Defensor del Año».