Tomado de VerdadAbierta.com
Esa crítica situación fue revelada durante el segundo día de reflexiones convocado por el Cinep para pensar en el país como parte de la celebración de sus 50 años de labores. A esa voz de alerta se sumaron otras más de Norte de Santander y de Tolima. No obstante, narraron iniciativas de resistencia que han impulsado con los jóvenes. La paz también fue tema de conversación.
“La escuela está amenazada, asediada por la violencia y se encuentra en emergencia”, respondió con claridad el docente Hernán David Córdoba Valois, docente popular, con formación en Biología y magister en Ciencias de la Educación, a una pregunta realizada por Rosío González Sandoval, investigadora y educadora popular del Cinep durante el diálogo La educación que soñamos, sobre la situación de la educación en el departamento del Chocó.
Esa conversación hizo parte del segundo día del evento El País que Soñamos, convocado por este centro de investigación para reflexionar sobre el país del presente y del futuro como parte de las jornadas de celebración de sus 50 años de vida institucional, realizado en el auditorio Luis Carlos Galán de la Universidad Javeriana de Bogotá. El diagnóstico sobre la situación de la educación no fue nada alentador.
Y así lo hizo ver Córdoba, un docente de la ciudad de Quibdó, Chocó, donde desempeña sus labores. Para respaldar su aseveración expuso varios hechos que han afectado la vida escolar que lo rodea en los últimos meses: “En lo que va corrido de este año, en donde yo trabajo, en un sector vulnerable, han pasado varias cosas, que se pueden replicar a otras partes de la ciudad”.
Uno de esos hechos ocurrió el pasado 22 de febrero: cerca a la institución educativa donde presta sus servicios, colocaron un artefacto explosivo como parte, según el docente, de la guerra por territorios que enfrenta a grupos armados ilegales en los barrios de la capital chocoana. “Gracias a la acción rápida de la Fuerza Pública se pudo detonar de manera controlada. Si no hubiera sido así, no estaríamos conversando en este momento”, dijo Córdoba.
Y agregó un hecho más, sucedido el 5 de abril, que involucró al centro educativo de manera directa. Se trató de una amenaza a uno de los docentes, lo que llevó a que se suspendieran las clases y se buscaran alternativas de protección con autoridades civiles y policiales.
“Esto crea toda una serie de afectaciones físicas y emocionales”, dijo Córdoba. “El ejercicio docente está bajo amenaza”. Y para reforzar sus afirmaciones aseguró que en la Secretaría de Educación de Quibdó hay registros de 32 docentes amenazados, algunos de ellos con una condición extraordinaria de riesgo y que requieren traslado para brindarles seguridad.
Sobre cómo les llegan los mensajes, este educador detalló que “a través de mensajes de texto, los llaman a su casa, les mandan un papelito por debajo de la puerta donde les exigen una cantidad de dinero y que, además, si la gente no lo hace en el tiempo que ellos establecen, hacen disparos a la casa a cualquier hora del día”.
Y como si fuera poco, el mes pasado se presentó otro hecho que involucró a la propia Secretaría de Educación. “Días atrás a esa fecha – contó Córdoba – unos delincuentes pasan, meten un papelito por debajo de la puerta, donde exigen que se comuniquen a un número para que paguen una suma de dinero. Acción a la cual los funcionarios no acceden y el 8 de junio llegan varios ahí con armas, intimidando a la gente, quitando celulares para demostrar que estaban hablando en serio”.
Finalmente, dirigiéndose a los asistentes al conversatorio, sentenció: “Ustedes entenderán que estamos en medio de la guerra, por eso concluimos que la educación está en emergencia”. Pero no solo el sector educativo de Quibdó vive esa crítica situación. También se escucharon voces docentes de Norte de Santander y Tolima.