Nicolás Galarza, viceministro de Ordenamiento Ambiental del Territorio del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, anunció el inicio de las acciones del proyecto Abrigue, que busca beneficiar a 4000 familias rurales en zonas de frontera forestal, poblaciones indígenas y afrodescendientes de doce municipios de tres departamentos.
Así lo dio a conocer en visita el pasado 11 de junio al Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas Sinchi, en Leticia, Amazonas.
Las familias que se beneficiarán están en los departamentos de Chocó (Nuquí, Bahía Solano, Juradó), sur del Meta (Vistahermosa, Mesetas, Macarena, La Uribe) y Caquetá (San José del Fragua, Paujil, Albania, Belén y Montañita).
Dicho proyecto es financiado por la Unión Europea y ejecutado por la Universidad Tecnológica del Chocó, el Instituto Sinchi en asocio con Agrosavia, el Ministerio de Ciencias y CIRAD.
Frontera forestal
Las fronteras forestales del mundo se refieren a las grandes extensiones de bosques naturales ecológicamente intactos y con grados relativamente bajos de perturbación que aún quedan. Estas fronteras son importantes para asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies migratorias y se constituyen en valiosos refugios para la biodiversidad global. La importancia de mantener estos bosques, entre otras, es que sirven para recolonizar los bosques que no son de frontera o restaurar áreas con especies nativas.
El índice de fronteras señala que la mayoría de los países del mundo han perdido o están a punto de perder las últimas fronteras forestales. Sesenta y seis países han perdido toda su frontera forestal, entre ellos la casi totalidad de los países de Europa y África. Sólo siete países del mundo, (Brasil, Surinam, Guyana, Venezuela y Rusia) entre ellos Colombia, conservan todavía extensas zonas de los bosques naturales originales y relativamente libre de amenazas.
De otra parte, Colombia es uno de los países con mayor diversidad biológica en el contexto mundial, ya que con sólo el 0.7% de la superficie continental posee cerca del 10% de la diversidad biológica del globo. Esta biodiversidad ha sido utilizada por comunidades tradicionales y es base directa e indirecta de numerosas actividades productivas, por lo cual juega un papel estratégico en el desarrollo nacional, y en las oportunidades futuras de desarrollo sostenible. Se ha estimado que Colombia tiene entre 45 000 y 55 000 especies de plantas. Este número es muy alto para un país de tamaño intermedio, si consideramos que toda África al sur del Sahara contiene cerca de 30.000 especies, y Brasil, que cubre una superficie 6,5 veces mayor que la de Colombia, posee 55 000. (Ministerio del Ambiente 1997).
Bajo este contexto, se revela que los bosques de Colombia desempeñan un importante papel en el ámbito global, que se debe aprovechar en las negociaciones internacionales dirigidas a promover la custodia de las fronteras forestales, pero también es un indicador de las ventajas comparativas potenciales que se tienen para la producción forestal en forma sostenible.