Existe en Acandí el Santuario de Acandí en Playón y Playona, una zona de 27 mil hectáreas para la conservación de la tortuga caná, y se busca ampliarla al menos en unas 70 mil hectáreas más.
Esta iniciativa es impulsada por organizaciones locales y por el capítulo Colombia del Fondo Mundial para la Naturaleza o WWF, como son sus siglas por su nombre en inglés.
“En estos momentos el área protegida de Acandí sería ampliado y se completarían cerca de 100.000 hectáreas y se incluirían tres especies más de tortugas, entre ellas la tortuga carey, que también se encuentra amenazada por el accionar del ser humano”, indicó Carlos Mauricio Herrera Gamba, especialista en áreas protegidas y estrategias de conservación de la WWF Colombia.
Milena de la Ossa, habitante de la región y miembro del Consejo Comunitario ‘Cocomanorte’ explicó no solo el significado biológico de estos colosos del mar, sino como también esta especie, la tortuga más grande del planeta, es parte de su cultura ancestral: “La tortuga caná es vida y está muy relacionada a nuestra cultura y tradición. Cuando llegan a la playa para poner sus huevos o cuando estos nacen, son parte de nuestra cotidianidad y de nuestra formación como pueblo”.
Centenares de tortugas caná llegan hasta Acandí para desovar. Allí nacieron y su instinto así se los dicta, por eso los lugareños, miembros de las comunidades que habitan el área, intentan contribuir a la protección de esta área protegida.
“Las comunidades que habitamos este lugar buscamos que se amplíe la zona de protección de la tortuga y convertimos a esta especie en una especie de paraguas que nos permita conseguir que se cubra a todo el territorio como un área especial donde son muchas las especies que desarrollan su existencia”, explicó Emigdio Pertuz, presidente de Cocomanorte, y quien resaltó que al mismo tiempo se han tomado otras medidas como la generación de oxígeno por medio de carbono y la reforestación de los manglares que se encuentran en el lugar.
“Es necesario trabajar de la mano de las comunidades locales para que se entienda que la pesca que se practique en esta zona, debe tener unas características especiales y respetar el medioambiente y no afectar el ecosistema marino donde se encuentra el habitad principal de esta especie de tortugas”, aseguró el experto.
En teoría ya la ampliación del área protegida está casi lista, solo faltan un par de firmas por lo que se cree que para octubre esta lucha sea una realidad.